Coaching adultos de alto potencial o “Cebras”
Existen varios nombres para designar a los adultos superdotados o con altas capacidades intelectuales.
También se utilizan con frecuencia expresiones como “de alto potencial” o “talento”. En la práctica, aparecen los calificativos de “cebra”, “hipereficiente”, “superdotado”, “gifted” o “talented”. Generalmente, la palabra “precoz” se aplica a los niños.
El adulto superdotado, también llamado “cebra”, posee características singulares.
Aunque las modalidades prácticas del coaching sean aquellas del coaching individual, sus características propias hacen que el acompañamiento sea particular y que el coach tenga una postura específica, próxima del acompañamiento existencial o filosófico.
El acompañamiento existencial-humanista comienza con la convicción de que, aunque los seres humanos están solos en el mundo, siempre aspiran a vincularse con los demás. Las personas quieren darle un sentido a la vida y deben entender que no tienen que contar con los otros para validar su realización. Deben entonces reconocer y comprender que están fundamentalmente solos (Yalom, 1980). “El resultado de esta revelación es la ansiedad de saber que nuestra validación del sentido de la existencia debe venir del interior y no de los otros”.
La consulta filosófica, surgida recientemente, se aplica a muchos campos que privilegian el bienestar y el conocimiento. La postura es humanista, el encuentro se establece de un sujeto a otro favoreciendo la comunicación. En este aspecto, también pasan a un primer plano los cuestionamientos, los sufrimientos y las paradojas. Donde el cuestionamiento existencial ofrece los aportes del existencialismo, la consulta filosófica introduce referentes de modelos filosóficos.
Postura del coach de Alto Potencial / “Cebra”
Frente a una cebra, el coach está expuesto a diversos peligros:
- Puede tener dificultades para seguir la lógica de su cliente o la velocidad de su razonamiento.
- Puede sentir envidia o miedo. A veces la persona superdotada genera admiración o sumisión excesivas en el coach que solo logra trabajar desde la seducción o la adulación.
- Esta reacción de contra-transferencia está menos presente en los coachs que, a la vez, también son “cebras”.
- Puede existir un desequilibrio entre ellos, lo que impide que se establezca un verdadero vínculo.
- Por último, el coach, cuya especialidad es el plano humano, puede sentirse desbordado por la comprensión intuitiva y profunda de lo humano por parte de su cliente, así como por sus emociones. Algunos coachs no logran manejar esas situaciones.
La labor de Jeanne Siaud-Facchin y Kazimierz Dabrowski, entre otras, nos invita a pensar que al adoptar una instancia específica junto con una hipersensibilidad emocional, inteligencia y ante todo una actividad cerebral bondadosa y compartir la experiencia, el coach puede facilitar la creación del vínculo y, por lo tanto, ayudar a la persona a desempeñar una función activa en su transformación.
Algunas características frecuentes del adulto con alto potencial / “Cebra”
- Hiperestesia (receptividad sensorial exacerbada)
- Hipersensibilidad emocional
- Actividad cerebral intensa
- Tratamiento más rápido y en estructura arborescente de las informaciones y percepciones
- Déficit de inhibición latente que impide el filtro de la información de menor importancia y que trae como consecuencia una “sobrecarga” cerebral (hiperconcientización, el “cebra” ve todo, oye todo, graba todo, etc.)
- Modo de razonamiento global que supera el umbral de la consciencia y que le permite llegar a buenos resultados, pero sin poder explicar las etapas que lo llevaron a la resolución del problema
- Sentimiento intenso de diferencia e incomprensión mutua con el resto del mundo
- Impresión de verse vivir su vida, de ser un mero espectador y no actor de su existencia, de no estar allí
Para saber más…
Algunas sugerencias de libros sobre el tema, para que los disfruten.